Para calcular la potencia que necesitas tienes que tener en cuenta las veces que cocinas y, sobre todo, la superficie de tu cocina. Multiplicamos el ancho por la altura y el largo y ya tenemos la cifra que indica el volumen de la estancia.
A continuación, sólo tienes que volver a multiplicar los m3 de tu cocina por un número comprendido entre el 6 y el 12, que son las veces que una campana debe renovar el aire de la estancia por hora. Después de este cálculo tan sencillo, ya tienes la capacidad de extracción que necesitas para la campana extractora de tu cocina.
Por ejemplo, si tu cocina es de 25 m3, debes multiplicar esa cifra por 6 para calcular la velocidad mínima y por 12 para la velocidad máxima de la campana:
- 25x6= 150 m3/h
- 25x12= 300 m3/h
Con estos resultados, deberías elegir una campana cuya capacidad de extracción a velocidad máxima fuera como mínimo de unos 300 m3/h. Si la instalación de salida de aire no es óptima, debes optar por una campana de capacidad de extracción mayor. En cualquier caso, si eliges una campana de capacidad de extracción mayor, permitirá extraer el humo de la cocina con velocidades bajas y, por lo tanto, con menos ruido.