El primer paso para limpiar el filtro antigrasa es escurrir y limpiar todo el exceso de grasa con un papel absorbente seco. A continuación, remoja los filtros en agua caliente con detergente y límpialos suavemente en el agua para que se ablanden las partículas de suciedad. Nunca uses productos que contengan amoniaco, sustancias abrasivas o limpiadores para hornos. Tras la limpieza, debes enjuagar los filtros y dejarlos secar antes de colocarlos en la campana extractora. Estos se pueden limpiar también en el lavavajillas, pero deben introducirse sin otras piezas de vajilla o cubertería, aunque pueden perder parte del color. Puedes utilizar un desengrasante concentrado para acabar con la grasa más resistente y obtener los mejores resultados.